A GALICIA !!!!

A GALICIA !!!!
por Er Ñero José M. Aguilera
23 de Junio de 2003

Reiniciamos nuestra aventura a partir de Azores, con mares “calmos” como se dice en el argot de las velas, y con tiempos que a ratos aburren. Suena el motor en respuesta a la decisión del capitán. Hemos recargado combustible en Las Azores, así que el O’Comillas aprovecha la tracción mecánica, ya que viento no ayuda. Así emprendemos la última etapa de este viaje, con rumbo a Galicia.

Visitando Galicia hace años, con estos excelentes anfitriones, Andrés y Manolita, conocí La Coruña ( A Coruña, en Gallego), Mugardos –su pueblo natal, y Ares, donde hoy en día viven por gran parte del año, e hicimos algo de velerismo en las rías altas gallegas. Ya entonces Andrés practicaba para esta aventura, entrenamiento que completó con varios viajes a Los Roques en un velero que tuvo estacionado en los muelles de Playa Grande: el Sagitta. Repetí la visita a Galicia mucha veces hasta familiarizarme con su clima, su comida, y sobre todo su gente, hasta disfrutarlos plenamente.

En Galicia los cielos son predominantemente grises. Tiempo muy húmedo en invierno, pero sin nieves, ya que los vientos predominantes vienen de la mar, la cual atempera las corrientes de aire árticas. Aún en verano, normalmente hay que usar “jersey”, que es como llaman a lo que nosotros conocemos como un “sweter”.

Los primeros días de esta etapa, por esas experiencias, me lucen desconocidos. No se parecen a los días del Atlántico largo que recorrimos entre Newport y Azores, ni a los días tradicionales gallegos. Es un azul mas claro, un cielo mas limpio, un viento mas cálido y gentil….. demasiado gentil para nuestras necesidades. El O’Comillas se mueve plácida y rítmicamente sobre esas aguas. Disfruta el viento suave. Navega lentamente. Disfrutamos el sol, la tranquilidad de los días y la paz de las noches sin ruidos, cuando el viento levanta y plena las velas aunque parcialmente, silenciando los ruidos mecánicos de la propulsión a gasoil.

Ballenas !!!!!!! Grita el capitán una mañana, al culminar la última guardia de la noche…. hasta el amanecer… y todos volamos a cubierta. Nes, su hijo ha prometido a los nietos de Andrés fotografías de ballenas, así que es una ocasión casi indispensable. Por una hora, o mas, rodeamos a los cetáceos, quienes también disfrutan plácidamente del amanecer. Esperamos a ver si alguna entra en celo, ya que nuestro servicio de inteligencia marina nos deja saber que están en época de cópula, pero lamentablemente no se nos presenta el show. Las despedimos, con un gran deseo cumplido y continuamos viaje.

La excesiva tranquilidad del océano termina. Nubes grises –negruzcas- aparecen y comienzan a retar a la tripulación. El mar se torna inhóspito, con olas que vienen en varios sentidos, y se termina esa placidez marina a la cual estábamos acostumbrándonos, sintiendo que sería eterna. Pero el viento se levanta del norte-noroeste y nos lleva a una navegación de vela casi ideal, a buena velocidad, pero, como los buenos veleros, navegando escorado –inclinado- hacia estribor, en este caso –el lado derecho del barco, visto desde su parte posterior.

Después de varias horas, casi 48, hasta la tripulación está escorada. Con mucha precaución, caminamos asidos a cualquier cosa, ya que cada ola trae un movimiento distinto e impredecible. Trato de tomarle el tiempo a esos movimientos, en precaución a un accidente. Imposible. No hay recurrencia rítmica. Solo golpes de ola, que nos llevan a cualquier otra posición… pero siempre escorado hacia estribor. No sé si volveré a caminar como gente normal después de este proceso reeducativo.

Rediseño la forma de utilizar el WC. Al estilo tradicional masculino? , … imposible. No hay puntería que soporte la prueba. Uno parece un bombero apagando un incendio. Se gasta mas tiempo lavando el baño que en la exigua operación mermada por la crónica deshidratación que siempre ocurre en estos viajes. Una rápida reingeniería del asunto me hace concluir en que el sistema femenino es mas preciso, así que también en este sentido el cuerpo se reeduca. Y como los baños son todos “petit”, cepillarse los dientes también requiere un proceso especial: mano izquierda en el asidero cercano a la escotilla, mano derecha firme sobre el estrecho margen plano que tiene el lavamanos………. Ah… si bueno, hay que tener un cepillo de dientes que “levite”, es decir, que se sostenga en el aire por si mismo y además que aprenda el movimiento rítmico típico. Añada que el cuerpo tiene que mantenerse por ese par de minutos en ángulo de 45 grados en relación a la dirección de las estrellas del borde inferior de la Osa Mayor, y un pié debe estar sobre un pequeño espacio de mas o menos 12 centímetros de ancho que existe, por accidente de diseño arquitectónico interior, a lado del WC, para poder compensar todos los batimientos que el buque sufre con esta mar. Como verán, cuando la mar es mala, es femenina….. cuando mejora, es EL mar….. definición un tanto prejuiciada, pero aquí solo hay tripulantes masculinos, por lo cual no hay ni votación al respecto.

Nos vamos acostumbrando al tiempo gallego, con casi 3 días sin ver sol. Pero hoy, la situación mejora.. y los caracteres de los tripulantes …. también. Inexorablemente, el sol nos hace falta para alegrar el espíritu, ya que a lo largo de esos días fuimos perdiendo hasta el habla. Sobre todo cuando uno viene de Margarita hace falta el sol. Una vez oí decir a un experto en asuntos turísticos, que el clima margariteño era ideal porque habían mas de 320 días de sol al año, es decir, para lo del Turismo…..”solo nos falta la novia y la plata, casi.. casi no nos falta “ná”.

Cenamos un plato especial de la casa: Huevos Estrellados… mejores que Casa Lucio. Para aquellos que no los conocen, son unas patatas fritas al punto necesario, (en aceite de oliva con ajo…por supuesto), a las cuales se les “echa” encima, unos huevos fritos…. Todo dietético. …. Muchos jugos gástricos???…. prueben hacerlos esta misma noche. Luego, tengo la guardia de medianoche hasta las 3:00 a.m. y Andrés, quien me entrega, me informa que ha pasado un barco pequeño, relativamente cerca, sin que el radar lo detecte. Nos extraña, y hacemos un rato de investigación para ver si nuestro radar requiere ajustes…..nada. Quedo en cubierta haciendo ejercicios como para gastar esa “cenita” y detecto una luz de bengala por la popa, lanzada por alguna embarcación que debe estar en emergencia. Corro a la radio y llamo para tratar de informar a la embarcación en emergencia que he visto la bengala….. no hay respuesta. Bajo a la cabina principal y observo y manipulo el radar para determinar la procedencia de la bengala…igualmente llamo por una radio mucho mas potente…. sin respuesta ni indicios de que se trate. Continuo con la navegación y el rumbo que nos lleva a Galicia, pero la conciencia ciudadana me molesta. ¿Qué tal si el barco que pasó antes, presumiblemente un velero, tiene problemas? ¿Quién lo atenderá? … Recuerdo la indiferencia de los Buques Mercantes y me imagino en una situación de emergencia…. Pero… de noche, también hay el peligro de piratería, no en estas aguas, pero como uno nunca sabe…. Finalmente, decido buscar una segunda opinión y despierto al Capitán con gran pesar, porque sé que necesita descanso. Consultamos pareceres y decidimos dedicar tiempo a una posible labor de rescate…

Luego de casi 2 horas de retrocesos, giros alrededor de la posición donde presumimos se originó la bengala, llamadas de radios, toques de sirena, y juego de iluminación espacial para llamar la atención, desistimos del proyecto y concluimos en que o bien la bengala fue accidental, o era una operación ilegal de ubicación para entrega de productos de contrabando, o bien el ñero vio visiones. Como dice el Chino Boccardo, siempre hay un Guatanero culpable de las cosas inexplicables…… En mi casa es Hevi, el perrito milenario, a quien he designado culpable crónico de las cosas inexplicables… ¡ Y eso nos hace la vida tal llevadera !!!!!! ¿ Verdad Henrique? .

El último día de navegación –hoy-, se nos hace interminable. … Para colmo, el tiempo mejora… sale el sol, y cae el viento. Hay un ambiente de tensión aquí. Creo que ya todos queremos llegar a tierra, ver La Columna de Hércules… un monumento grandísimo que hay en Finisterre, el cabo que protege a Coruña de la mar embravecida, y el mismo que le da la bienvenida a puerto a los navegantes. Y es que no hemos renunciado a tierra, como diría el celebre poeta de La Renuncia (Andrés Eloy Blanco), sino que “desbaratando encajes regresaré hasta el hilo, porque La Renuncia es el viaje de regreso del sueño”. Eso después de describir plásticamente la Renuncia a la mujer amada … “Como el marino que renuncia al puerto, y el buque errante que renuncia al faro… y como el ciego junto al libro abierto y el niño pobre ante el juguete caro…”. Vamos desbaratando mares y haciendo camino para llegar rápido a Galicia, sabiendo que estos momentos los echaremos de menos al “aterrizar” en “la vida real”…. Pero, sin renunciar a nada…. Y menos a estos recuerdos.

Me despido hasta la próxima edición.

Er Ñero Aguilera
N 42º 50’ W 12º 49’